Las oportunidades (y el amor) se encuentran en cualquier parte y para Sam Soon, la llegada de estas dos cosas sucede en el baño de hombres mientras lloraba a moco tendido por la infidelidad de su ex novio. Sí, en el baño de hombres, ya que allí conoce a al heredero e hijo de la dueña del hotel donde se encuentra: Hyun Jin Hun, un joven guapo y rebelde menor que ella y que casualmente está en busca de una repostera para su restaurante llamado "Bon Appetit".
Al principio ella no quiere pero él la presiona a tal grado de sacar de quicio a cualquiera y como Sam Soon no se deja y no se queda callada le hecha bronca a Jin Hun cada vez que puede: se pelean todo el tiempo y se gritan como desquiciados no importando el lugar. Y las cosas se ponen mejor cuando ella decide trabajar en el restaurante y cuando los dos se dan cuenta que no importa la edad, posición social o el físico; sino cuando eres tú mismo frente a la otra persona y te acepta como eres.
Un dorama gracioso pero a la vez desesperante por los dos protagonistas: uno por terco, despreocupado y con sus aires de "aquí se hace lo que yo digo" y la otra gritona, berrinchuda, terca de esas que no se dejan. Sam Soon a veces me sacaba de quicio, tal vez porque me identifiqué mucho con ella que hasta una amiga me recomendó este dorama diciendo que me ayudaría bastante con mis problemas. Y sí, Sam Soon es una persona con la que te puedes identificar y con situaciones que también has vivido alguna vez. Sólo esperamos encontrarnos a un hombre rico y guapo, sería lo único que falta.
Comedia y tensión no faltaron en este dorama. Recomendable sí, pero ten preparados unos tapones para el oído porque los gritos y peleas no harán falta.
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