Satomi Akiyama está acostumbrada a su soltería y soleddad. Vive sola y ama el hecho de no tener que rendir cuentas, preocuparse por amoríos, salir a cenar cuando quiera (y lo que quiera), comprar cuando guste; sin tener que compartir, pedir permiso o justificar sus acciones.
Es por eso que cuando a la escuela llega el profesor sustituto Kamisaka Shinichi: profesor de japonés, de 23 años, inmaduro, soñador, alegre, despistado, miedoso y demasiado sensible; hace que la vida de Satomi cambie radicalmente ya que ella se convierte en guía y mentora de Kamisaka y de pilón, por azares del destino, debe de alojar a Kamisaka en su departamento: vivir juntos, convivir, relacionarse...lo que ella no soporta.
Tener que aparentar que ellos no viven juntos, tener que acomodarse a su nueva vida, soportar enredos amorosos y además controlar el crecimiento de enamoramiento entre los personajes, hace que te rías una y otra vez con sus problemas. La sensibilidad de Kamisaka y la dureza de Satomi hacen la pareja perfecta y complementaria (hasta la mamá de Satomi lo dice).
Divertida y actual, diferente ante la cultura japonesa y de ideas iguales para muchas de nosotras (bueno es que Satomi piensa igual que yo); un dorama que, a pesar de su lentitud y situaciones similares a otros doramas y con un final que desespera, recomendarás cuando te digan: ¡Pero es mayor/menor que tú!.
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